Todos tenemos deseos. Grandes o pequeños, pueden durar unos minutos o incluso una eternidad.

Nacida en la década de 1980, fruto del ingenio combinado de dos grandes Maestros, Minibox es uno de los primeros testimonios de investigación en iluminación e ingeniería de aquella época. Un pequeño, gran deseo atemporal.

Aulenti-Castiglioni, binomio de autor

Para crear esta alegre y sorprendente lámpara, Gae Aulenti trabajó codo con codo con Piero Castiglioni: estamos hablando de dos personalidades muy conocidas en sus respectivos sectores que reúnen, al diseñar Minibox, una combinación de experiencias, creatividad y genio.

No es de extrañar, por tanto, que esta lámpara contenga en sí misma muchas ideas de interés que todavía hoy son actuales. En primer lugar, el retraso de la óptica precisamente para restringir el deslumbramiento con las fuentes de luz de la época, más problemáticas que las actuales. La investigación de esa época sigue siendo útil en la actualidad y, junto con la luz regulable, proporciona un confort visual óptimo y una emisión de luz suave y precisa.

Una lámpara “pop”

En su versión de sobremesa, Minibox recuerda en cierto modo a las lámparas de los mineros.

Cuerpo metálico, un agarre cómodo y un “ojo” luminoso que se puede girar, enganchar y desenganchar con suma facilidad: el acoplamiento magnético entre el cabezal y el cuerpo de la lámpara permite una total libertad de orientación de la fuente de luz.

¡Un diseño tan funcional como divertido! Mover el “ojo luminoso” de la lámpara es divertido y al mismo tiempo permite dirigir el haz de luz a voluntad.

Los cinco colores en los que se declina la lámpara –blanco, negro, café, verde y rojo– hacen de ella un objeto “pop”, permitiendo una elevada personalización estética y facilitando la combinación con muebles y ambientes contemporáneos.

Imprescindible

Sólida y con un agarre tranquilizador, Minibox decora con simpatía, además de iluminar con una luz puntual y dedicada los pequeños rincones de la casa, los detalles arquitectónicos, vistas que en su defecto quedarían oscuras o mal resaltadas pero que no necesitan gran cantidad de luz.

Todo un imprescindible para la vida contemporánea.

Todos tenemos deseos. Algunos son inalcanzables, otros están al alcance de la mano… como Minibox.